AREAS DE INTERVENCIÓN

Trastornos por traumas y factores de estrés

¿Has vivido algo traumático y sientes que no puedes superarlo? Podrías estar enfrentando un trastorno por trauma y estrés.

Estos trastornos ocurren cuando una experiencia impactante, como un accidente, abuso, pérdida o violencia, deja una huella profunda en tu mente y cuerpo. El Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) es uno de los más conocidos, pero también hay reacciones agudas al estrés y trastornos de adaptación, que se manifiestan de diferentes maneras.

A grandes rasgos, podemos distinguir:

  • Trauma simple: Resultado de un único evento traumático, como un accidente, un desastre natural o una agresión puntual. Aunque impactante, suele ser más fácil de identificar y tratar y los síntomas están relacionados directamente con ese evento específico.
  • Trauma complejo: Se origina por una exposición prolongada o repetida a situaciones traumáticas, como abuso sexual infantil o de otro tipo, violencia doméstica o negligencia emocional crónica en la infancia… Afecta profundamente la identidad, las relaciones y la percepción del mundo y de uno mismo, causando síntomas como dificultad para confiar, disociación y emociones intensas o incontrolables.

 

No estás solo. Millones de personas en el mundo viven con las secuelas del trauma. Según datos globales, hasta el 8% de la población desarrolla TEPT en algún momento. Sin embargo, muchas personas no buscan ayuda porque creen que deberían «superarlo por sí mismas». Las consecuencias de no tratar un trauma pueden ser devastadoras.

Desde insomnio y pesadillas hasta problemas en las relaciones, ansiedad constante y un profundo sentimiento de desconexión, el trauma puede impedirte vivir plenamente. Pero no tiene por qué ser así. Buscar ayuda es un paso esencial para sanar. La terapia especializada en trauma, como la terapia EMDR, te ayuda a procesar lo que viviste.

SÍNTOMAS COMUNES DE LOS TRASTORNOS POR TRAUMA Y ESTRÉS:

1. Revivir el evento traumático a través de recuerdos intrusivos o flashbacks.

2. Pesadillas recurrentes relacionadas con el trauma.

3. Evitar lugares, personas o situaciones que recuerden el evento.

4. Sensación constante de alerta o nerviosismo.

5. Irritabilidad o cambios repentinos en el estado de ánimo.

6. Sensación de desconexión con tu cuerpo o la realidad (despersonalización o desrealización).

7. Amnesia parcial sobre el evento traumático.

8. Conductas de autolesión o riesgo.

9. Dolor físico sin causa médica (dolores de cabeza, tensión muscular, problemas digestivos).

10. Hipersensibilidad a ruidos, luces o multitudes.

11. Sentimiento de culpa o vergüenza abrumadora.

12. Dificultad para sentir emociones positivas o placer.

Si te sientes identificado con alguno de estos síntomas, la terapia puede ayudarte a sanar y recuperar tu bienestar. Atrévete a dar el primer paso hacia una vida más libre y en paz.

Nº Colegiada: M-40136